Con tan solo 30 años ya había conseguido el premio al mejor periodista británico del año, ¿cuál fue la receta?
No hay receta exacta, ese premio lo gané gracias a una investigación durante el G20. Un vendedor de periódicos murió y el reporte oficial señalaba que fue por un paro cardiaco. Después de investigar encontramos un video donde quedó evidenciado que este señor murió a manos de un policía. Lo significante de esa investigación es que se convirtió en periodismo ciudadano vía internet, y esa colaboración entre periodista y gente, completamente digital, fue muy importante.
Usted hablará en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación, auspiciada por ‘Semana’, acerca de Wikileaks ¿esto marcó un punto de inflexión en el periodismo?
Absolutamente. Además logró una cierta unión entre los grandes diarios del mundo y eso fue muy significante, dio datos increíbles que alborotaron el periodismo.
Muchos de sus cubrimientos han contado con un Blackberry como única herramienta, ¿podría decirse que representa a la nueva era del periodismo?
No quiero sonar pretencioso, o decir “soy un increíble reportero de la nueva generación”, pero en parte sí represento un poco eso, porque uso bastante las redes sociales para realizar investigación, y esto es una nueva forma de comunicar y una nueva dinámica, o modelo, de poder. Para mí, estar en una transformación tan grande es fundamental.
Usted ha hablado de “la edad de oro del periodismo”, ¿qué trae de innovador esta etapa?
Mucha gente creyó que eran los años 60, por lo menos en mi país y Estados Unidos con ‘Watergate’, pero creo que estamos entrando en una época muy especial, porque con la habilidad de la información en aumento, tú tienes la posibilidad de redactar y hacer periodismo donde quiera que estés. Ahora tú ves gente común haciendo lo que no se podía con el periodismo tradicional, gente en un café puede tomar su teléfono y grabar un hecho y éste se convierte público por Facebook, Twitter o cualquier otro medio. Grabar y crear alrededor del mundo y compartir esto es una posibilidad de tomar en cuenta a la gente, y eso tiene efectos interesantes.
Tres errores de la prensa moderna.
Copiar y pegar. No hacer las preguntas correctas, a veces pensamos que las mejores preguntas son las menos obvias. Y tercero, algo que debe enfrentar la prensa es un nuevo modelo de negocio en la web que la lleva a una situación económica complicada.
¿Cuál es la chispa de ‘The Guardian’?
Su filosofía. Es poco liberal, nunca acepta la versión oficial, tiene una inclinación de investigación y eso le da el toque.
Tres consejos para el periodista de mañana.
A los practicantes, que nunca digan que son principiantes, ni nada así, sólo sean periodistas desde el principio; cualquiera puede hacerlo. El segundo, que busquen tener todas las habilidades en multimedia posibles, y tercero, que vayan a los lugares que los otros periodistas ignoran.
¿Cómo cubrir el proceso de paz a punto de comenzar en Colombia?
Hay temas que para ciertas personas no son atractivos. Hacer especiales temas como estos a veces no depende de las notas, lo importante es escribir cosas que hagan que la gente entienda la importancia de momentos como este, escribir con mucha pureza, con mucha sensibilidad.
Un recuerdo de su época como practicante en ‘The Guardian’.
Recuerdo mi primera historia. Había un hombre que tenía un bote, había perdido a su esposa e hija y se había aventurado en un viaje solitario, ya que nunca había salido de su país. Cargaba una foto del Caribe, que era donde quería ir. No había ido muy lejos cuando se chocó y no pudo continuar. Pero esta historia terminó siendo feliz, porque gracias a mi nota un hombre donó dinero para reconstruir su bote. Ese hombre luego nos enviaba fotos de su aventura y fue muy reconfortante.
El mejor periodista del mundo.
No lo sé, creo que los mejores periodistas están sobre todo fuera de Europa y Estados Unidos. Los mejores son esos que están arriesgando su vida por esto.
¿Qué tanto daño le hizo la lucha contra el terrorismo a la libertad de expresión?
Bastante. Más que la guerra contra el terrorismo, la guerra en general. Hay un dicho que dice que la primera víctima de la guerra es la verdad, y eso resume todo.
Fuente El Espectador