JESUCRISTO ES SAMARIO
En un hecho sin anotación bíblica, Jesucristo nació en el barrio María Eugenia, sur de Santa Marta, el primero de agosto de 1983 a la 1:45 de la tarde. Fue bautizado el 24 de diciembre de 1985, a las 7 de la noche, en la iglesia La Candelaria, del mismo sector, por el presbítero Jorge Roa, a quien desde aquel momento le apodaron Juan El Bautista.
Su nombre completo es Jesucristo García Zuluaga y, a diferencia del carismático líder místico, no nació por obra y gracia del Espíritu Santo, sino como resultado de una acción absolutamente terrenal, fruto del amor de Carlos García y Esther Zuluaga. Es amante del vallenato, interpreta la guacharaca; juega fútbol, hincha del Unión Magdalena y trabaja como operador de trenes (maquinista) al servicio de la multinacional Prodeco.
De facciones finas, cabellos largos y con 1.77 metros de estatura, le inquieta que se vaya a morir a los 33 años, como su tocayo celestial. Vive orgulloso de llamarse así, aunque no deja de admitir que, en ocasiones, presentarse le ha originado malos entendidos porque la otra persona cree que le está ‘mamando gallo’. No tiene homónimos en esta ciudad, dato que fue corroborado por la Registraduría Especial del Distrito de Santa Marta y las notarías locales.
HISTORIAS INCREÍBLES. Las anécdotas del Jesucristo samario parecen inventadas, para algunos quizás apuntes chistosos salidos de la imaginación del hombre Caribe. Pero no… son tan reales como su nombre.
En enero del 2006, se accidentó en una motocicleta en la congestionada calle 30 de Santa Marta y rodó por el suelo. Los buenos samaritanos que acudieron en su ayuda le pidieron sus señas para darle aviso a algún familiar: “¿Cómo te llamas?”, le preguntaron. Desde el suelo y quejándose del dolor les respondió: “Soy Jesucristo”.
Ante la inesperada revelación, todos se miraron las caras y expresaron: “Pobre pelao, el cipotazo lo dejó loco”. En otra ocasión, una amiga de la familia marcó el teléfono de su casa, pero con tan mala suerte que se equivocó en un dígito y la llamada cayó a otra persona. Al recibir contestación la mujer preguntó: ¿Allí vive la mamá de Jesucristo? Con rabia, el interlocutor respondió: “La mamá de Jesucristo será tu abuela”.
En unas fiestas de Santa Marta fue interceptado en la Ciudadela 29 de Julio por delincuentes que le arrebataron, bajo amenazas, el reloj, un celular y la billetera. Enterados de lo sucedido, dos policías recién llegados de Bogotá exclamaron: “Aquí de los atracos no se escapa ni Jesucristo”.
Dicen que cuando fue bautizado, los mamagallistas de María Eugenia llamaron a su casa el Portal de Belén, y comentan que para esa época, una veterana de la cuadra, de 74 años, de gafas descomunales que acostumbrada a portar un gigantesco rosario sobre sus hombros, se vanagloriaba de ser vecina de Jesucristo. Siempre decía: “No todo el mundo se da ese caché”.
La Registraduría certifica con la cédula que su nombre es Jesucristo.
UNA FAMILIA CATÓLICA. Carlos García Henao, el papá de Jesucristo, confesó que bautizó así al primogénito en común acuerdo con su esposa Esther. Lo hizo porque se crió en un hogar con arraigados principios católicos, hasta tal punto que él, cuando era un muchacho, durante la Semana Santa hizo varias caracterizaciones en la iglesia del barrio. Unas veces fue San José, otras Simón El Cirineo y Jesucristo.
Carlos quiso ser sacerdote. Recuerda que de niño, cuando le preguntaban que cuando fuera grande qué iba a ser, su repuesta era la misma: cura. Al final de cuentas terminó siendo un buen periodista.
Y es que en la familia de Jesucristo hay herencia espiritual. Por ejemplo, César Giraldo Henao, primo de su papá, estuvo en el seminario, pero no se ordenó, y su tía Alicia García fue monja durante siete años de la congregación de la Madre Laura, como también lo fueron sus primas Estebada y Hersilda García.
LA SAGRADA PROLE. En la familia del Jesucristo samario existe la imposición de singulares denominadores bíblicos. Se puede decir que María Magdalena es la mamá de Marta y es la tía de Lázaro, Lucas y Juan, que son los sobrinos políticos de Samuel, que a su vez es el hermano de Abraham.
En efecto, se trata de María Magdalena Cadavid García; Marta Barros Cadavid; Lázaro y Lucas Espejo Cadavid; Juan García Henao y Samuel y Abraham Zuluaga, en su orden, primos, hermano, tío y abuelo del Jesucristo samario.
Pero la prole sagrada no para aquí. Gabriel no es el arcángel que anunció a María que el Espíritu Santo concebiría en su seno al Salvador del Mundo, sino es el tío Gabriel Cadavid Ochoa. Elías tampoco es el profeta que le apareció a Nuestro Señor en el pasaje de La Transfiguración, sino el tío Elías Cadavid García.
Ana no es la abuela del Mesías, sino la prima Ana Cadavid de Cadavid, y María no es la Madre de Dios, es la tía María Orozco García. Sin embargo, en una clara contradicción bíblica, dos primos suyos fueron bautizados Lenín y Stalin, como los emblemáticos líderes bolcheviques, íconos de la revolución rusa.
Hay quienes sostienen con gracejo que Jesucristo debe cuidarse de sus primos comunistas.
Por Agustín Iguarán
Samarios de Corazon
Twitter: @SamariosdeCoraz