La tensión aumenta conforme se acercan las elecciones del 2014.
A su punto más crítico llegaron esta semana las relaciones entre el presidente Juan Manuel Santos y su antecesor en la Casa de Nariño, Alvaro Uribe. Tanto, que no son pocas las voces que consideran que se llegó a "un punto de no retorno".
Los hechos hablan por sí solos. El presidente Santos abandonó su mantra ("no peleo con Uribe, no peleo con Uribe, no peleo con Uribe") y decidió responder, sin mencionar al exmandatario, los ataques que este le hace vía Twitter.
Aunque la historia de la República está llena de 'eternas' peleas entre exmandatarios (comenzó con Bolívar y Santander), la de Uribe y Santosse perfila como una de las más "irreconciliables" de tiempos recientes.
Lo que más hace temer por la "irreconciliación" es el lenguaje utilizado en el cruce de mensajes, que algunas veces raya en la ofensa personal.
"Esa acusación que nos hacen algunos tuiteros, que somos derrochadores, no tiene ningún fundamento", dijo Santos el miércoles.
Su mensaje tenía un destinatario: el expresidente Uribe, quien ya lleva varias semanas sin dejar día en que no lo acuse de presidir un gobierno "derrochador". Y su actitud parecía delatar que por fin se le "llenó la copa", según algunos congresistas.
La diplomacia del silencio, con la que el Gobierno manejó los ataques deUribe a Santos quedó en el pasado. EL TIEMPO supo que los ministros fueron instruidos para rebatir, ojalá con cifras, las críticas de los "tuiteros".
La primera en acatar la directriz fue la canciller María Ángela Holguín, quien, en entrevista con este diario (el 17 de abril), afirmó que "llama la atención que el expresidente Uribe, cuyo gobierno hizo un presupuesto cercano al nuestro para la Cumbre de las Américas, hable de una cifra mucho mayor". El viernes, Holguín reveló que ese evento costó 35 millones de dólares, 62 menos de lo que dijo Uribe.
La muerte de militares y el secuestro del periodista francés RoméoLanglois, tras ataques de las Farc, también fueron duramente criticados. "Más soldados asesinados, lo que iba bien, en retroceso; (...) debilitan la seguridad, hacen aparecer invencible a Farc para hacernos creer en la negociación", trinó Uribe.
Muy rápido, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, le reclamó: "No tiene sentido que los enemigos del Gobierno utilicen el sacrificio de nuestras Fuerzas Armadas para hacer política".
Y el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, dijo hace dos días que el expresidente "se descachó" al acusar a Santos de "derrochador". "El gobierno Uribe entregó el déficit en 3,6%, y (nosotros) lo llevamos en 1,9%, reducido casi a la mitad", sostuvo.
Parece ser que la misión del gabinete es contrarrestar lo que la columnista de EL TIEMPO María Isabel Rueda califica como "un poderoso gobierno mediático en la sombra, que todos los días enfila baterías contra el Gobierno y su Presidente, presentándolo como un villano". Según ella, se trata de una sofisticada campaña en los medios electrónicos.
El eje de esa estrategia es Twitter, en la que Uribe cuenta con 1'130.629 seguidores, y una bien alimentada red de correos y mensajes de chat, usada por el expresidente y sus alfiles para lanzar juiciosamente críticas casi a diario.
Rueda señala que a todo esto se suman las posiciones de medios como El Colombiano y espacios informativos en RCN Radio, con Francisco Santos, y Radio Super, considerados "antisantistas".
Una de las cosas que más ha sacado de casillas al Gobierno es que Uribe utilice la información relacionada con las acciones terroristas para lanzar dardos. A los allegados de Santos les parece paradójico que no hace mucho, siendo vicepresidente, Francisco Santos llamaba "cajas de resonancia" a los medios que presentaban informaciones sobre los atentados guerrilleros. Por eso, el ministro Pinzón le exigió a Uribe "no hacer política" con estos casos.
¿Ruptura definitiva?
Aunque las diferencias se han hecho visibles desde el inicio del gobierno de Santos, el tono de la confrontación subió desde hace 15 días, cuando el Presidente dijo, en una entrevista a CNN, que su antecesor "es el pasado".
Hoy, los voceros de los partidos políticos creen que la relación entre los dos llegó "a un punto de no retorno".
El senador Juan Carlos Vélez, alfil del uribismo, dijo que "no hay una comunicación directa, lo que hay es un envío y recibo de mensajes a través de las redes sociales y los medios, y si no hay comunicación, no hay relación".
Uno de los mayores afectados por este distanciamiento es el partido de 'la U', cuyo control se disputan Santos y Uribe. El senador Armando Benedetti pronosticó que "si el partido no define rápidamente este problema, se viene su destrucción".
Para el Partido Liberal la situación ya es clara. Su jefe único, Simón Gaviria, señaló que "hay un rompimiento entre el santismo y el uribismo, porque hay discrepancias en lo político y en lo ideológico, cada día más notorias".
Esta postura la compartió el Partido Conservador. Su presidente, Efraín Cepeda, aseguró que "vemos a Uribe dando pasos a la oposición", pero aclaró que esto no afectaría una eventual reelección de Santos en el 2014: "Con el apoyo de la Unidad Nacional nos parece que es suficiente para que logre ese propósito".
Pero tal vez la más evidente señal de la ruptura es que Uribe ya postuló candidatos para las presidenciales del 2014. En su lista están nombres como Angelino Garzón, Juan Lozano y Francisco Santos, lo que se interpretó en círculos políticos como el aviso oficial de que no apoyará una eventual reelección de Santos.
Proyecto
Eliminarían la figura del 'vice'
Luego de que EL TIEMPO reveló que el exmandatario Álvaro Uribe estaría pensando seriamente en ser la fórmula vicepresidencial de uno de sus alfiles en las presidenciales de 2014, para contrarrestar la reelección
del presidente Juan Manuel Santos, se comenzó a saber de una reforma constitucional para eliminar la figura de la Vicepresidencia. Aunque se supo que había varios interesados en ese tema, el representante conservador Telésforo Pedraza fue el primero en mostrar sus cartas: anunció el proyecto y lo presentará al Congreso el próximo 20 de julio. Dijo que la Vicepresidencia "es una figura que no le ha aportado nada al país y que sigue siendo un cuello de botella que muchas veces no permite que el Estado opere".
Se da por sentado que, una vez llevada la iniciativa al Legislativo, se iniciará este debate. Una gran incógnita es si, llegado el momento, recibirá el respaldo del Gobierno.
EDULFO PEÑA Y DANIEL VALERO
Redacción Política