La inesperada detención de Carlos Andrés Cárdenas Gómez en horas de la mañana del miércoles 6 de abril y el nuevo testimonio presentado por el fiscal 11 de la Unidad de Vida, Antonio Luis González, podrían marcar un nuevo rumbo dentro del intrincado caso de las investigaciones adelantadas hasta la fecha para tratar de establecer las causas de la muerte de Luis Andrés Colmenares las cuales se encontraban estancadas ante la imposibilidad de encontrar a los autores materiales del presunto homicidio del joven.
Tesis ampliamente controvertida por los abogados de la defensa de Laura Moreno y Jessy Quintero, quienes sumados a los argumentos esgrimidos por la defensa de Cárdenas han insistido en que la muerte de Luis Andrés se produjo tras sufrir un trágico accidente, y que luego del testimonio de una persona que se encuentra bajo el beneficio de persona protegida presentado por la Fiscalía, ha recobrado un inusitado impulso de consecuencias imprevisibles.
En tal sentido, el fiscal explicó que su nuevo as bajo la manga era una persona de 36 años de edad, natural del municipio de Agustín Codazzi (Cesar), soltero, grado de instrucción educativa como bachiller y quien en la actualidad se encuentra sin empleo.
AMENAZAS DECISIVAS
Conforme a la explicación del fiscal el nuevo testigo habría sido amenazado para que no declarara sobre los hechos relacionados con la muerte de Luis Andrés aparte de haber sido sobornado para que ocultara lo que sabía al respecto, pero que sin embargo decidió contar su versión en una entrevista que tuvo lugar el pasado 4 de junio ante la Policía Judicial y que posteriormente sería ampliada mediante declaración juramentada ante el propio fiscal González, ante el peligro que corre su vida.
''Estoy amenazado por las personas que yo sé que hicieron eso a través de otras personas'', declaró para luego recordar que la primera de estas amenazas databa de marzo de 2011 luego de que dos sujetos fueran a buscarlo en su propia casa y le advirtieran que se fuera de Bogotá.
Situación que se repitió meses más tarde en la vía a Engativá que está en inmediaciones del aeropuerto Eldorado por parte de dos sujetos que se movilizaban en una moto negra , uno de ellos armado, quien tras robar su billetera y papeles le preguntaba que si se iba a hacer matar ''por algo que no era suyo''.
''La tercera amenaza fue el sábado 2 de junio del presente año; eran como las 7:00 de la noche, venía del almacén de mi novia que queda cerca de la estación de Policía de Engativá, una motocicleta con la placa tapada con un trapo se detuvo, el parrillero me abordó y me dijo que si pensaba que ellos estaban jugando'', relató además de recordar que el conductor también se bajó del vehículo y martilló en repetidas oportunidades su pistola.
''Sabemos donde viven usted y su familia, ya usted sabe de lo que estamos hablando'', le dijeron. ''Yo desde el 24 de mayo no salía de la casa, ese día que me amenazaron salí porque me aburrí de estar encerrado'', declaró para agregar enseguida que dichos motivos lo habían llevado a declarar puesto que su vida peligraba, se había visto obligado a renunciar a su trabajo para encerrarse en su habitación, a donde su novia le llevaba comida.
EL TESTIMONIO
De acuerdo con el testimonio del señor Oyola, el sábado 30 de octubre de 2010 en horas de la noche, pudo observar junto a un amigo a identificado como Christian, o alias Tizón, a quien conoció en septiembre y con quien vendía licor en la Zona T, a Luis Andrés Colmenares y un grupo de amigos departiendo en un parque situado en inmediaciones de la discoteca donde minutos más tarde tendría lugar la fiesta de disfraces y la celebración de uno de los amigos del joven.
''Todos estaban disfrazados y estaban tomando fotos: esa fue la primera vez que lo vi'', relató el testigo, para explicar que no volvió a ver a Luis Andrés sino hasta la madrugada del 31 de octubre ''a eso de las 2:30 de la madrugada'' a orillas del caño El Virrey, una cuadra más arriba del lugar donde se encuentra el edificio de Ecopetrol, que de acuerdo con la versión es ciega y cuya ruta para tomar la carrera estaba ubicada una camioneta negra de cuatro puertas.
''Cuando tomamos la ruta que va paralela a la ciclorruta veo un grupo de jóvenes, cinco en total, así: cuatro hombres y una mujer (a quien luego describiría como de 1. 60 metros, cabello liso más abajo del hombro, delgada y a quien ha visto varias veces en televisión por este caso) que están reunidos al lado de una camioneta de color oscuro parqueada en sentido sur – norte, con las luces apagadas y en la que hay sentada una persona del lado del conductor'', asegura Oyola.
De acuerdo con el testimonio, las cuatro personas discutían entre ellas y de repente uno de ellos, quien estaba vestido de negro y un saco rojo que llevaba amarrado a la cintura, salió corriendo con un celular en su mano desde el costado opuesto al del conductor; “era la misma persona que yo vi horas antes en el parque frente a la discoteca”, puntualizó el testigo para luego aclarar que un tiempo después se enteró de que se trataba de Luis Andrés Colmenares.
''Casi no se podía sostener de píe'', prosigue el testigo manifestando que el joven al parecer estaba medio borracho porque tan solo alcanzó a tomar una distancia de cinco metros respecto del grupo para luego tropezar y caer al suelo, de manera que de acuerdo con la versión de Ayala, Luis Andrés Colmenares nunca cayó al caño el Virrey.
''Cuando se estaba levantando llegaron los otros que estaban con él en ese momento y lo levantaron a patadas en el suelo'', continuó Oyola, para luego recordar que la mujer presente en el lugar y quien observaba la paliza que propinaban a Luis Andrés se acercó donde el muchacho se encontraba procurando levantarse para quitarle el celular de la mano y propinarle una bofetada. La joven tenía un vestido rojo y el testigo no tiene duda sobre su rostro: de acuerdo con su versión se trataba de Laura Moreno.
''¡CARLITOS!''
''Luis Colmenares estaba arrodillado, los que estaban con él lo insultaban; todo el mundo hablaba al tiempo'', aseguró el testigo ante la creciente expectación de las personas congregadas en la sala de audiencias donde tenía lugar la audiencia de solicitud de aseguramiento de Carlos Cárdenas.
''La persona que estaba en la camioneta se baja con una botella en la mano y le da un golpe en la cabeza'', relató el fiscal del caso justificando de esta forma la petición elevada ante el juez 41 de Control de Garantías, mientras que los padres de Luis Andrés se llevaban las manos a sus cabezas, en un gesto de frustración e impotencia que quedará grabado por mucho tiempo entre las personas que presenciaban la audiencia.
“Luis Colmenares estaba arrodillado en el sitio donde cayó primero, de espaldas a la camioneta; yo vi cuando cayó, no dijo nada y sonó duro cuando le dieron el botellazo. No sé si la botella se rompió'', afirmó el testigo en su relato para luego recordar que el golpe fue propinado por el costado derecho de su frente.
¡Carlitos!, le dijo alguien al agresor mientras que Luis Andrés se desplomaba y los presentes se miraban entre ellos tratando de moverlo con el píe sin que hubiera algún tipo de respuesta por parte del joven que yacía tendido en el suelo, por lo que uno de los presentes decidió tomarlo por el cuello para levantarlo, pero el joven estaba desplomado.
''Lo cogieron entre los que estaban ahí, lo alzaron y se lo llevaron hacia la camioneta para montarlo por el otro lado del conductor, pero cuando eso estaba pasando nos vieron y la mujer que estaba ahí comenzó a tratarnos mal y a decirnos que qué hacíamos ahí, hijueputas, sapos, que subiéramos el vidrio y se nos vino hacia nosotros muy cerca junto a otro muchacho joven que nos dijo que nos perdiéramos porque la cosa no era con nosotros'', asegura el testimonio rendido por Oyola.
''¡Esto es entre amigos!, y nos seguía insultando, a lo cual mi amigo Christian me dijo que nos fuéramos porque esos manes nos podían matar'', puntualizó el testigo recordando que decidieron devolverse con dirección hacia la calle 84 y el parque cerca de la discoteca en la que habían estado reunidos Laura Moreno, Jessy Quintero, Luis Andrés Colmenares y un nutrido grupo de amigos y conocidos.
PELEA ENTRE AMIGOS
''Cuando íbamos a mitad de cuadra vimos que la camioneta donde montaron a Luis Colmenares llegó a la calle por donde nosotros íbamos, dio reversa y regresó por la calle donde estaba parqueada que solo tiene una salida hacia el sur y ahí no volví a ver la camioneta'', prosiguió el relato de Oyola estimando que tardarían cerca de 10 minutos en llegar a su destino, donde cerca de 20 minutos más tarde volvió a ver a la muchacha que golpeó a Luis Andrés con otro muchacho, según el relato.
''Al ratico llegaron dos mujeres a pie que estaban con otros jóvenes, como cuatro hombres, y hablaron entre ellos, no supe que hablaron; y estos subieron a pie por la calle 84 hacia la séptima. No los vi más porque eran más o menos como las 3:20 de la mañana'', continuó.
Una de las dos jóvenes fue descrita por el testigo como una muchacha de contextura gruesa vestida de blanco y negro junto con una chaqueta negra: nunca estuvo en el sitio donde se produjo la muerte de Luis Andrés, llegó al parque a pie y salió junto con el citado grupo de la misma forma. Oyola no distinguió ningún vehículo.
Hacia las 4:00 a.m., prosiguió el relato, llegaron dos sujetos, llamaron al compañero de Oyola aparte y le pasaron un paquete o algo parecido manifestándole que también le entregara algo, de manera que cuando el testigo le indica a su amigo que quiere irse este le dice que los desconocidos le habían entregado $ 400.000 pesos para que los repartieran insistiendo en que el episodio del que habían sido testigos había sido fruto de una ''pelea entre amigos''.
''Lo que yo le entendí a mi amigo era que esa plata nos la dieron para que no comentáramos nada'', aseguró el testigo, quien decidió irse caminando hasta la calle 68 para poder tomar un bus que lo llevara a su casa, ubicada en la localidad de Engativá, a la par de señalar que a los pocos días se había enterado por boca de su amigo de que a Luis Andrés lo habían encontrado muerto dentro del caño y que decían que se había ahogado.
Luego de que Christian le confesara que la cifra de dinero que les habían dado en realidad ascendía al millón de pesos y que en poco tiempo le daría más dinero, cuyo ofrecimiento nunca cumplió, el testigo vio la noticia en televisión y se dio cuenta de que la pelea que habían presenciado en realidad había sido el comienzo de un crimen, conforme explicara el fiscal González a lo largo de la audiencia.
''A ese muchacho, Luis Colmenares, lo estaban era matando'', precisa el testimonio para insistir en que a partir de ese momento comenzaron a registrarse una serie de amenazas contra su vida, así como el hecho de que su amigo hubiera desaparecido el 11 de junio de 2011. “No he vuelto a saber más nada de él”, afirmó recordando que el otro testigo de lo que habría sucedido esa noche vivía en el sector de Rincón de Suba.
fuente terra.com