La cultura ciudadana necesita incentivos
En Santa Marta, como en Colombia toda, hace falta una cátedra permanente de cultura ciudadana. Es necesario sembrar en los niños y jóvenes el germen que les permita convertirse en ciudadanos dignos, ejemplares. Es tarea difícil, en medio de la corrupción que nos rodea y no se deja permear con facilidad.
El ejemplo que nos brindan los mal llamados 'padres de la Patria', por ejemplo, se introduce varias veces al día en nuestros hogares por medio de la radio y la televisión. Los legisladores, con sus bien planeados 'micos', entran a saco al erario y solo se interesan por procurarse un futuro de ensueño. En consecuencia, frente a esos pulpos malignos de poderosos tentáculos, cualquier profesor o maestro considerará que está arando en el desierto en su afán por inculcar a sus alumnos valores a través de su cátedra en el aula.
No obstante, existen agremiaciones aisladas convencidas de que algo debe hacerse para enderezar la senda torcida de la vida nacional. Estas corporaciones insisten en acciones quijotescas en beneficio de nuestros jóvenes. En Santa Marta, afortunadamente, funciona una de estas entidades: la Fundación Ana Rebeca Fernández de Bonivento.
Una ligera semblanza de la vida de esta educadora insigne nos permite saber que doña Ana Rebeca nació en Pivijay, Magdalena, en el hogar de Jorge Fernández y Zoe Caballero. Contrajo matrimonio con don José María Bonivento Torres y fue madre de José Francisco, Pedro José, José Alejandro y Rebeca María. Cursó estudios secundarios en la Escuela Normal Superior de Santa Marta, en donde recibió el título de Pedagoga. Más tarde se licenció en Sociales. Además, se familiarizó con la psicología. Fue Secretaria de Educación del Magdalena, diputada a la Asamblea y Fundadora-Gerente ad honorem de la Sociedad de Educadores del Magdalena. En la elección de la Mujer del año, en una de sus versiones, fue declarada fuera de concurso.
La Fundación Ana Rebeca Fernández de Bonivento tiene entre sus fines despertar en los niños el amor patrio. Por esta razón realiza cada año un concurso en el cual predomina la sensibilización de los niños estudiantes frente a nuestra nacionalidad. Con palabras sencillas, de acuerdo con sus limitados conocimientos sobre los temas propuestos, los niños presentan trabajos que demuestran su interés y, sobre todo, gran sentido de pertenencia. En años anteriores los estudiantes de los colegios participantes han expuesto en forma escrita aspectos variados sobre Santa Marta: su historia, costumbres y comidas típicas, entre otros temas.
El doctor José Alejandro Bonivento y doña Rebeca María Bonivento sostienen la fundación que lleva el nombre de su ilustre progenitora. Los mejores trabajos, según criterio de un jurado calificado, reciben premios que de alguna manera contribuyen al sostenimiento económico de los ganadores. Sin embargo, para los pequeños concursantes tiene más importancia la mención honorífica que se les otorga y, sobre todo, siempre agradecen que se les haya dado la oportunidad de estar en contacto con la realidad social de su patria chica.
La Fundación Ana Rebeca Fernández de Bonivento es un ejemplo que deben seguir las empresas vinculadas a Santa Marta. Sería una manera de entregar algún beneficio a la ciudad que sin egoísmo les ha abierto sus puertas. Los responsables de la educación en el distrito y el departamento también están en mora de crear estos espacios para el ejercicio del civismo a temprana edad. Nunca es tarde para hacerlo.
Fuente el informador
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