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sábado, 19 de mayo de 2012


¡ESTA VIVO! El chofer de bus al que todos dieron por muerto en atentado a Londoño

El hombre al que todos dieron por muerto

A Humberto Aldana, herido por la bomba del martes, la vida le dio otra oportunidad.

Isabel Aparicio, esposa de Humberto, el conductor de la buseta que quedó hecha cenizas en el atentado contra el exministro Fernando Londoño, no entiende todavía cómo su compañero está vivo.

Pasadas las 11 de la mañana de ese día, una amiga del trabajo la interrumpió para darle la trágica noticia: "Hubo un atentado en la calle 74 con Caracas y un bus muy parecido al que maneja Humberto está involucrado".

En ese momento, Isabel solo atinó a encender el televisor de la cigarrería de Suba La Gaitana, donde trabaja, para tratar de ver la placa del bus verde, afiliado a la empresa La Nacional, y descartar que fuera el de su marido. Ninguna cámara la enfocó. Por eso, dudó de que se tratara del vehículo conducido por Humberto, pese a que las primeras versiones, sin confirmar, señalaban que la bomba había estallado dentro del bus.

Incluso, algunos medios llegaron a insinuar que el conductor era uno de los terroristas.

Aún pegada a la pantalla, Isabel recibió la llamada de su hija Diana Paola, quien pronunció una frase letal: "Mi papito está muerto. Él es el de la bomba".

"Cuando vi el bus todo quemado, pensé en que sí era verdad que estaba muerto", cuenta. La confusión fue total. Algunos policías y funcionarios del CTI le decían que estaba muerto; otros, por el contrario, le daban esperanza. Isabel solo recordaba, en esos instantes de incertidumbre, que a las 7 de la mañana su esposo la había llamado para decirle que la amaba.
Al frente de la buseta carbonizada, Isabel pensó cómo le diría a su hija Claudia Milena, de 9 años, que su padre estaba muerto. Era la situación más difícil que había vivido desde que se casó con él, en 1998. A las 3 de la tarde, los periodistas apostados en la Clínica del Country empezaron a leer por radio el listado de heridos. Hasta ese momento, sus hijas, la policía, la prensa y hasta María Reyes, la dueña de la buseta, daban por muerto a Humberto.

¡Está vivo!
"Un policía me dijo que había escuchado que estaba grave, pero vivo", recuerda Isabel, quien en ese momento entró en llanto y abrazó a varios uniformados.

La explosión del martes fue tan fuerte que testigos consultados por ELTIEMPO.COM señalaron que luego del estallido vieron cómo el conductor quedó inconsciente en su silla y con su brazo derecho colgando.

Según Isabel, su esposo tiene fracturada la mandíbula y ha sido sometido a varias cirugías para salvarle el brazo. "Solo abre los ojitos para tratar de comunicarse", agrega.

Sus compañeros de La Nacional de Transportes, que lo conocen desde hace dos décadas, lo describen como un buen tipo, que aunque muy serio, respeta a todo el mundo.

"Honrados como él, muy pocos", aseguró Manuel Reyes, hijo de la dueña de la buseta asignada a Humberto y que cumplía la ruta 108 (Bosa-Unicentro-Bachué).

Manuel también recordó que el conductor es uno de los mejores jugadores de tejo de la compañía y que no falta a ningún campeonato.

Además, desde hace algunos años se gañó el apodo de 'Campanita', luego de llegar al paradero, en pleno diciembre, con arreglos navideños. Isabel espera a que su esposo regrese pronto a su hogar, en Bosa.

"Quiero tenerle un buen plato de sancocho y ponerle música de Olimpo Cárdenas", remata la mujer.
FABIÁN FORERO BARÓN
Redactor de EL TIEMPO

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