UN PARAISO EN EL CARIBE, DONDE EL UNICO PELIGRO ES QUE TE VAS A QUERER QUEDAR

domingo, 19 de agosto de 2012

Jóvenes Ruta Quetzal: “embajadores de Colombia en el mundo”.


Por primera vez en 27 ediciones la Ruta Quetzal BBVA viajó a Colombia para sentir el calor de un pueblo que desea, hoy más que nunca, vivir en paz y libertad 

Colombia abre su corazón al viajero. Tras más de cuarenta años de conflictos, el país recupera el pulso y muestra al mundo sus parajes de ensueño y el carácter amable y reposado de sus gentes. La Ruta, el proyecto educativo impulsado por Miguel de la Quadra Salcedo y el Rey Juan Carlos con el patrocinio de BBVA, ha podido recorrer el país, desde el triángulo del café hasta la bella Santa Marta, para conocer la etnografía y rasgos singulares de esta nación, siguiendo los pasos del botánico español José Celestino Mutis, un mensajero español en la cultura colombiana como a partir de ahora lo serán los ruteros. No en vano, el presidente de la república, Juan Manuel Santos, nombró a los jóvenes quetzales “embajadores de Colombia en el mundo”. 

Naturaleza e historia

Sumergirse desde Bogotá hasta el Mar Caribe en Colombia es un espectáculo para los sentidos. A los pies de la Sierra Nevada de Santa Marta, el macizo montañoso más alto del continente junto al mar, se encuentra el Parque Nacional Tayrona, considerado por los expertos como uno de los más bellos de América del Sur. Sus 15.000 hectáreas cuadradas, enclavadas en la selva ecuatorial, componen una zona de biodiversidad de enorme interés para cualquier amante de la naturaleza. La Ruta Quetzal BBVA se adentró en este paraíso para ascender en travesía –sólo se puede acceder a pie o en burro– hasta Pueblito, una zona arqueológica precolombina en la que, además de los yacimientos, se pueden observar monos titi, ardillas rojas, pecaríes, jaguares, y cientos de especies de aves y flora. 

Bajo la expansión de las agrestes montañas, encontramos playas vírgenes conectadas por senderos a través de la jungla que dotan al lugar de un encanto imperecedero. En esta zona de Colombia, repleta de lugares abandonados por las tribus indígenas que han poblado Tayrona –los Koguis y Arhuacos, entre otros–, se puede disfrutar de parajes de ensueño, y del carácter amable y reposado de los colombianos. 

El punto de partida hacia Tayrona se encuentra en la ciudad costera de Santa Marta, la más antigua de Colombia, fundada por Rodrigo de Bastidas en 1525. En el Distrito se encuentra la Quinta de San Pedro Alejandrino, finca en la que el 17 de diciembre de 1830 murió Simón Bolívar. La hacienda –una modesta casa de adobe pintado de color amarillo alrededor de un patio de baldosas de color ocre– conserva la cama donde Bolívar expiró su último aliento, así como otros objetos que formaron parte de los últimos días del Libertador de cinco naciones latinoamericanas. 

Fuente Voces de la Bahia

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